Reflexión | A ti, que lloras a escondidas.

A ti, que sufres en silencio. A ti, que soportas un daño que no mereces. A ti, que has tomado la decisión de callar para no herir a los que te rodean. A ti, que cada día luchas por seguir adelante. A ti, que te superas y vives con miedo a que conozcan tu dolor. A ti, que lloras a escondidas.

No mereces sufrir más, no mereces callar tu dolor, no mereces que golpeen tu dignidad. Lo que te mereces es gritar y que te escuchen, mereces dejar de sufrir. No dejes que te destruyan, que arrojen al vacío todo lo que has construido, todo lo que eres, todo lo que vales. No mereces el dolor que ahora sientes, no mereces ni una lágrima más, ni un escondite más.

Sécate las lágrimas y comienza a dibujar. Permítete ser libre y decidir qué es lo que quieres. No dejes que los demás hablen por ti. No dejes que nadie calle lo que quiere salir de dentro. Pasó la hora de los escondites y de coleccionar cicatrices, el primer cambio es el primer paso. Las lágrimas ya no solucionan nada, las lágrimas ya no calman, ya no lloras más, es el momento de actuar.

Te lo digo a ti, porque sé que puedes, porque sé que quieres. Solo falta un empujón, un empujón para pedir ayuda, para dar a conocer al mundo cómo te sientes y dónde te encuentras. A ti, que lloras; a ti, que buscas estar en soledad y que pasen los días hasta que acaben, pero no, aún quedan fuerzas, aún queda esperanza, no lo des todo por perdido todavía.

Un pequeño paso te acerca a un gran cambio
No permitas que la soledad te haga creer que es una situación real porque no estás solo, no estás sola. El primer paso es el más difícil de dar, pero por ahí comienzan los grandes cambios. No te valen más corazas, ni tienes manos para más escudos; no creas que haces nada malo, no eres quien te dicen ser. Merece la pena que detengas un momento y seas tú el que te definas.

Es demasiado tiempo el que llevas callando tu dolor, es demasiado tiempo el que has permitido que otros tomen el poder de lo que eres. Lloras y sigues alimentando el río del dolor pero esas lágrimas no merecen ser más tuyas, no mereces regar algo que duele tanto. Es el momento de dirigir tus pasos hacia otro camino, en otra dirección.

Esto es para ti, para que veas que alguien escucha tus lamentos, que hay alguien que sabe que lloras, que hay alguien que te quiere y no te abandona. Sal y muestra tu dolor. Date la oportunidad que mereces para ser feliz. Aprovecha las pocas fuerzas que quedan para no rendirte, para sacar lo que llevas dentro, para hablar.

No te rindas, no cedas
Imagina que te aguarda un camino mejor del que ahora transitas, no dejes de soñar con un día a día mejor. El dolor se acabará, que dejarás de llorar. No hay tormenta que se quede a vivir en el cielo. Todas están de visita. Por eso… no dejes de soñar, no dejes de luchar, no dejes de hablar, no te escondas. No dejes que ellos hablen por ti, te mereces ser feliz.

Espero que puedas ver que esto es para ti, que hay soluciones y personas que quieren ayudarte. Vivir contigo los pasos adelante y alguno que des hacia atrás. Esos días en los que parece que sale todo, esos en los que parece que no sale nada. Los que parecen de 48 horas, los que parecen contar con una sola. Es para ti, que lloras; para ti, que sufres. Escúchame, escúchate. Tú eres quien merece decidir por ti, y mereces algo mejor. No dejes de imaginar que esto acabará, porque así será.

“Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento, porque no estás solo”. – Mario Benedetti-

https://youtu.be/YxFKbPdcQi0

Escrito: Adriana Díez
Voz: Sergio Melchor
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