Las mujeres se van para siempre
Los hombres siempre vuelven.
Si se van, se divierten o sufren en silencio, analizan todo, comparan las relaciones, recuerdan, están con tu foto en la cama, hablan con sus amigos, hacen viajes lejos para olvidar, para olvidar.
Pero al final los hombres regresan. Los hombres no pueden vivir bien viéndote que eres feliz o que no lo has sido con ellos. Viéndote de la mano con otro. Y se dan cuenta de que nada será como antes. Los hombres vuelven porque durante su vida aman muy pocas veces, como nosotras. Y cuando no aman, no pueden disimular.
Así vuelven una y otra vez a la mujer que han amado de más. Intentan volver al período feliz que han vivido junto a ella, aún sin ella. Vuelven al futuro que habían imaginado junto a ti.
Las mujeres se van para siempre. Sufren, lloran, recuerdan, viven momentos, llevan en su corazón un pedazo de él, pero no regresan. Desaparecen de su vida, pero no de su corazón y sus recuerdos. Pero se van. Para una mujer es demasiado doloroso escuchar un «Perdóname» y demasiado complicado volver con ellos. Las mujeres se van porque no pueden más, porque se destrozaron luchando por causas perdidas. No regresan, porque entienden que todo volverá a ser como antes, porque quieren ser libres, amar de nuevo, pero de forma diferente.
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