Ruptura | Para cuando te des cuenta, ya no estaré.

He permanecido aquí intentado ser fuerte, tratando de no darme por vencida porque “eso es amor”. He luchado para no rendirme y seguir creyendo que las personas pueden cambiar cuando de verdad quieren, cuando de verdad se esfuerzan; y quizá sí lo hagan, pero entonces ¿tú no lo has intentado realmente?.

¿Cuánto más estas dispuesto a arriesgar por cosas vanas y pasajeras?, ¿cuánto más me verás llorar sin decir una palabra? Es mi culpa, lo sé. Por ser demasiado ilusa, por aceptar un tipo de cariño que no merezco y por creer que eras mi felicidad. ¡Qué tontería! puse en tus manos mi estabilidad, sabiendo lo inestable que eres. 

Quizá sea porque me sientes segura o quizá porque esto ya te importa muy poco; en cualquiera de los dos casos, quiero que sepas que he dejado de sentirme bien en tus brazos, ya no me llenan, ya no me dan calor. Y para cuando te des cuenta, me habré ido sin dar una explicación. No hace falta.

Cuando tengas frío y necesites un abrazo, ya no estaré. Cuando te sientas cansado de la mierda rutinaria, ya no estaré. Cuando quieras que te quieran bonito, amor mío, ya no estaré. Porque te dí mi tiempo y me dí completa, porque quizá te adoré de más y eso no estuvo bien.

Y por favor, no digas que no luché, que así de fácil dejo ir lo nuestro; tú más que nadie sabe lo mucho que lo intenté, todas las veces que te expliqué qué acciones tuyas me herían y aun así decidiste hacerte de oídos sordos. Sabes cuántas veces cerré los ojos buscando razones para seguir aquí, aunque ya no las hubiera.

Me iré despacio y cuando menos lo esperes, sin hacer ruido al salir al sol. Tal vez así duela menos, tal vez así no habrá tentación de regresar. No te darás cuenta hasta que ya no veas mis “te quiero” en tu móvil, hasta que te toque contemplar la luna solo en esta pequeña ciudad.

Cuando quieras un beso, cuando te mate el silencio… ya no estaré.